LOS INGRESOS BÁSICOS UNIVERSALES: EXPERIMENTOS EN AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO


La propuesta de los ingresos básicos, con sus diferentes variantes, tiene una larga historia. Sin intención de opacar su rica trayectoria, en la actualidad se observa que los ingresos básicos han comenzado a tener nuevamente un lugar central en los debates contemporáneos. Si bien desde los años ochenta del siglo pasado la propuesta de los ingresos básicos ya se discute en Europa, en EE.UU. el debate había estado congelado desde los años sesenta y setenta. Sin embargo, cabe aclarar que la actual aparición pública a ambos lados del atlántico va de la mano de una etiqueta muy específica: “experimentos”.

En Europa, quizá con la excepción italiana, se observa que los dirigentes políticos se inclinan, ahora, por pruebas pilotos (experimentos). Mientras los dirigentes del Movimiento 5 Estrellas parecen estar convencidos de implementar la política de Reddito di cittadinanza para el próximo año, en Finlandia y Alemania apuestan por pruebas pilotos.  Finlandia está llevando a cabo un experimento con una inversión estatal de 20 millones de euros. Y los alemanes están implementando una prueba piloto, llamada “Mi ingreso básico”, financiada a través de una estrategia de crowdfunding. En el caso alemán los beneficiarios se seleccionan azarosamente mediante el procedimiento de la lotería, algo que ha disgustado a las posiciones más ortodoxas de los partidarios de tal propuesta.

De este lado del Atlántico los ingresos básicos han logrado colarse en las propuestas de los precandidatos demócratas de cara a las presidenciales del próximo año. Andrew Yang propone un IB de mil dólares para todos los ciudadanos mayores a 18 años, aunque no dice cómo se financiará. Más allá de esto, hay que recordar que en la Conferencia Anual Nelson Mandela del 2018, llevada a cabo en Johannesburg el 17 de julio, el presidente Barak Obama le dio un guiño a los ingresos básicos. Incluso antes en una famosa entrevista concedida a la revista Wired, en agosto de 2016, mantuvo una propuesta inteligentemente pragmática, que grosso modo, afirma lo siguiente: “si el ingreso universal es un modelo correcto, es un debate que tendremos que dar”. Esta frase es tan potente que se la cita, a modo de bienvenida, el portal web del proyecto GiveDirectly gestionado por uno de sus antiguos colaboradores en la Casa Blanca, el profesor Alan Krueger.

La historia de los experimentos en EE.UU. y Canadá es bastante rica. Entre 1968 y 1980 se realizaron cinco: New Jersey-Pennsylvania 1968-1972; Iowa y Carolina del Norte 1970-1972; Seattle/Denver entre 1970-1980; The Gary (Indiana entre 1971-1974; Manitoba entre 1975-1978. Actualmente en EE.UU. hay varias pruebas piloto en marcha: Chicago (Illinois) Stockton (California) y Jackson (Mississippi) . En Chicago los legisladores de la ciudad han aprobado por mayoría un plan, el alcalde está estudiando cómo financiar la propuesta. En cambio en las ciudades de Stockton (California) y Jackson (Mississippi) ya están buscando inversores y donantes.

Tanto los experimentos históricos como los actuales intentan recabar y sistematizar datos en torno a dos cuestiones centrales: a) la variación en la cantidad de horas de trabajo ofertadas y b) registrar si los beneficiarios están dispuestos a realizar un trade off entre actuales prestaciones sociales a cambio de la percepción del ingreso básico. Sin embargo, ¿qué tienen de novedoso los actuales experimentos?

Si bien los actuales experimentos están interesados en conocer los comportamientos y elecciones de los beneficiarios, más lo están de analizar los intereses, preferencias, comportamientos y valores de los financiadores. Los actuales experimentos están interesados en estudiar formas alternativas para financiar los ingresos básicos. Este asunto no sólo implica someter la propuesta de los ingresos básicos a un esquema que no implique nuevos  impuestos, sino a redefinir el propio concepto de impuestos.